Ayer anuncié una exposición de Modesto Trigo en la Casa de Galicia de Madrid que se abría al público hoy a las 10.00. Gracias a este humilde blog que suele recibir solo entre 300 y 400 visitas diarias y a la amabilidad de un artista que hace honor a su nombre, un servidor pudo asistir a la inauguración en petit comité (relativamente, pues la sala estaba abarrotada), en la que estuvieron presentes el Director del Centro, el profesor de Arte Dr. Ilia Galán, El Director de la Real Academia de Historia, el propio artista y muchos de los retratados, como la Condesa de Romanones. No sé si estuvo Mario Vargas Llosa pero, si no estuvo él, sí estuvo alguien que se le parecía.
La exposición contaba con 40 obras divididas en tres salas. Todas ellas eran retratos, excepto un fabuloso paisaje urbano de la Gran Vía de Madrid con reflejos incluidos, al estilo de Richard Estes.
Tras ver la exposición, mi opinión sobre la obra del artista cambió. Aunque las nuevas tecnologías acercan el arte a todo el mundo, para los amantes de las artes, en la medida en que lo permita el bolsillo y nuestras circunstancias (p.e vivir en una gran ciudad vs. vivir en una ciudad pequeña o un pueblo), lo ideal es ver una obra de arte, cualquier arte, en su ambiente. Se disfruta más viendo una buena película en pantalla grande que en la tele; es preferible un buen concierto a un CD (aunque sean imprescindibles para los melómanos); hay años-luz de diferencia entre ver una buena ópera o un buen musical o zarzuela en teatro que en el cine o en la tele por muy buena que sea la retransmisión o la película musical; aunque hay buenas películas de obras de Shakespeare, pienso que es preferible verlas en teatro si hay oportunidad para ello...
Exactamente lo mismo ocurre con las artes plásticas, que ganan mucho al natural, como suelo decir siempre que presento cuadros de mi padre, máxime cuando suelo colgar fotos caseras y no fotos de estudio echas por un profesional.
Ayer, al anunciar la exposición y después de haber explorado su web, pensaba que Modesto Trigo era un genio en los paisajes urbanos y un buen retratista, pero que había en España buenos retratistas y no destacaba tanto sobre el resto en este campo. Tras ver la exposición al natural he cambiado de opinión. Es uno de los mejores retratistas de España. Ciertamente, existen muchos retratos que son técnicamente muy buenos, pero Modesto Trigo va más allá y pinta el alma. Uno tenía la sensación de sentirse observado por los retratados, tanto personas como perros, que también hay algunos perros pintados con técnica hiperrealista.
No solo llamaba la atención la fidelidad al modelo y cómo capta su alma, también destaca por la atmósfera en la que los sitúa. En la imagen de ayer, se veía un fondo neutro, pero en muchos de sus cuadros aprovecha para demostrar que no es solo un retratista luciéndose con los fondos -como el que se puede ver en este retrato de D. Vicente Tostado- de distinto tipo: arquitectónicos, urbanos, paisajísticos...
Sin embargo, cualquier opinión que exprese no es suficiente. Como digo, hay que ver la obra al natural. Ayer dije que era una cita imprescindible para los amantes del arte de Madrid y alrededores. Hoy diría lo mismo pero interpretando alrededores como unos 200 kilómetros a la redonda de Madrid (yo fui a verlo desde la ciudad en la que trabajo -Ávila- y el viaje mereció la pena y no descarto volver a verla).
Me agradaría mucho que los lectores que veáis esta exposición escribáis comentarios dando vuestra opinión, coincida o no con la mía.
Á la obra de Modesto Trigo no le haga ninguna opinión desfavorable, pero sí quiero criticar a la Casa de Galicia por el lugar de la exposición, sita en su sede, muy cercana al Monasterio de los Jerónimos y al Museo del Prado.
Aunque su iniciativa es muy loable, opino que debería haber firmado un convenio con alguna entidad para que acogiese la exposición. ¿Por qué? Porque es discriminatoria hacia un colectivo amplísimo. El lugar de la exposición presenta barreras arquitectónicas para las personas en sillas de ruedas. En la entrada, tiene un escalón superable con ayuda pero, lo que es muy grave, sobre todo siendo la Casa de Galicia una sede institucional de la Xunta de Galicia y, por tanto, un edificio público, una de las tres salas en las que se ublca la exposición está en un primer piso y, en su interior, creo que no hay ascensores. Por lo menos yo no vi ninguno.
Por lo tanto, doy un sobresaliente al artista y un suspenso a la organización.
Saludos cordiales,